I.2. Las ciencias auxiliares

Introducción 

En este segundo apartado del primer bloque nos entraremos en realizar un somero repaso sobre las aportaciones que las diferentes disciplinas que conocemos como Ciencias auxiliares de la Historia llevan a cabo con el objetivo de aportar rigor e informaciones complementarias a la explicación histórica. 

 

Las ciencias auxiliares de la historia y su papel en la explicación histórica 

Aunque el término “auxiliares” puede dar a entender que se trata de disciplinas subsidiarias de la Historia, lo cierto es que las distintas especializaciones que englobamos bajo este término tienen un sentido disciplinar propio, con métodos específicos de trabajo y resultados esperables igualmente distintos para cada una de ellas. Muchas de estas ciencias auxiliares no se limitan a aportar información de extraordinaria utilidad a los historiadores, sino que también realizan una labor similar en otras disciplinas académicas, como la Filología, la Antropología, el Derecho, etc. 

Habitualmente los especialistas en estos campos se engloban dentro de lo que en los currículos académicos de Historia conocemos como Ciencias y Técnicas historiográficas. La principal de ellas es la Paleografía, el estudio y transcripción de las formas de escritura antiguas, pero existen otras muchas igualmente importantes y que se conforman como herramientas imprescindibles para el desarrollo de los análisis históricos. Veamos a continuación las principales características de cada una de ellas y su relación con el estudio de la Historia.  

 

Paleografía 

Como se acaba de indicar, la Paleografía es la disciplina encargada del estudio de las escrituras antiguas. A través de la aplicación del método específico de trabajo paleográfico los especialistas se dedican al estudio y evolución de las distintas maneras que las sociedades del pasado han tenido de plasmar por escrito las informaciones susceptibles de ser conservadas. Gracias a la Paleografía podemos acceder al contenido de esos documentos escritos, pero el trabajo de las personas dedicadas a esta ciencia no se limita a la mera lectura de los textos, sino que va más allá y profundizan también en el estudio de las propias tipografías de las letras, así como otra serie de cuestiones anexas, como pueden ser las tintas o los soportes escriptorios que se van utilizando a lo largo del tiempo. 

Como es fácilmente deducible la aportación de la paleografía es esencial para toda época histórica previa al desarrollo de la documentación por medios impresos. Sin un conocimiento sólido del modo en que las personas del pasado plasmaban de manera manual sus testimonios escritos no podemos entender en toda su dimensión la información que se ofrece en la documentación conservada en los archivos. Además, el conocimiento específico de las distintas tipologías, tanto de letras como de tintas o soportes escritorios, permite en muchas ocasiones ofrecer una información complementaria al documento. De este modo, podemos deducir la posible falsedad o no a la hora de su elaboración, o incluso la datación del mismo, a partir de esos signos externos, cuando el propio documento no señala cuándo ha sido escrito. Todo ello aporta una información que, en sentido estricto, no se contiene en el documento, y que sólo gracias a esta disciplina podemos conocer. 

Toda persona dedicada a la Historia o a la Historia del Arte que se dedique al estudio de épocas previas al siglo XIX debe disponer de un manejo relativamente solvente de los rudimentos básicos de la lectura paleográfica, ya que de otro modo no sería capaz de acceder a la información contenida en esa documentación.  

 

Diplomática 

Aunque el nombre a primera vista pueda llevarnos a pensar en otro campo de estudio alejado de las ciencias auxiliares de la historia, lo cierto es que la diplomática es otra de esas disciplinas tradicionalmente vinculadas al análisis histórico. Su campo de acción radica en el estudio científico de la conformación de los diplomas y otros documentos antiguos, tanto en lo que se refiere a sus caracteres intrínsecos como a los extrínsecos. Los diplomatistas analizan los documentos a partir de las distintas formulaciones jurídicas que se recogen en ellos, y prestan también atención a otras cuestiones vinculadas con la validación de la documentación, tales como el uso de sellos o las firmas que van incorporadas en esa documentación, y que son las que otorgan validez legal al documento en cuestión Se trata de información de gran utilidad para determinados estudios históricos. 

La Diplomática en épocas más recientes ha ido ampliando su campo de estudio y ha pasado de estudiar casi en exclusiva los diplomas y otros privilegios otorgados a lo largo de la Edad Media a analizar cualquier tipo de documentación jurídico-administrativa que permita ampliar las posibilidades explicativas del documento a partir de ese análisis de las características internas y externas que se acaba de señalar. 

Su estudio ha estado tradicionalmente unido al de la Paleografía, ya que en muchas ocasiones los campos de acción son coincidentes, e incluso las personas que se han dedicado a ambas disciplinas en muchos casos han simultaneado estudios paleográficos con aproximaciones desde la Diplomática. En conjunto, ambas ciencias auxiliares se conforman como las herramientas básicas de aproximación al trabajo histórico, que todo investigador dedicado al estudio de la historia debe manejar de forma al menos básica.  

 

Epigrafía 

Es la disciplina que estudia las inscripciones y demás escrituras grabadas en soporte sólido. Como ocurre con el caso de la Paleografía, también la Epigrafía va más allá de la mera transcripción e interpretación de esas inscripciones, y se dedica igualmente a estudiar tanto los soportes escritorios como la finalidad última para la que fue concebida cada pieza analizada. Habitualmente aparece vinculada a la Historia Antigua, toda vez que es en los soportes pétreos o sobre barro cocido sobre los que se nos ha conservado un mayor número de testimonios escritos de estas épocas. No obstante, no debemos suponer que se trata en exclusiva de una disciplina útil para este periodo, toda vez que inscripciones de este tipo se desarrollan a lo largo de toda la historia, y llegan hasta la actualidad.  

Entre los tipos de inscripciones que podemos llegar a manejar los hay de muy distinto tipo, desde inscripciones con carácter religioso a otras de tipo jurídico, pasando por todas aquellas de carácter edilicio destinadas a rememorar actos públicos del pasado. En el ámbito privado también tenemos epígrafes, ya sea de carácter honorífico, funerario o incluso de tipo doméstico, lo que abre un extraordinario abanico de posibilidades de estudio a partir del manejo de esta ciencia auxiliar de la Historia. 

 

Numismática 

Este término designa a la disciplina encargada del estudio de la moneda en época histórica. Desarrollada al calor de la afición particular al coleccionismo, más allá de una cuestión meramente anecdótica el estudio de las monedas en épocas pasadas ofrece una extraordinaria variedad de informaciones relacionadas tanto con su teórico valor económico como por su potente contenido simbólico y la información de tipo político, religioso, o de otra índole que contienen las monedas. Igual que sucede con el caso de la Epigrafía, la Numismática ha estado muy vinculada al estudio de la Antigüedad, pero no se limita a ella, ya que para épocas posteriores su estudio también ha aportado importantes informaciones para el conocimiento de la realidad de las sociedades que utilizaron esas monedas para sus intercambios y pagos. 

 

Sigilografía 

Esta disciplina que, al igual que las que estamos viendo en este apartado tiene un carácter autónomo pero estrechamente vinculado con otras de las ciencias auxiliares que colaboran en el análisis historiográfico, se dedica en concreto al estudio de los sellos utilizados por parte de las autoridades de las distintas épocas para la validación de la documentación. El sello puede ser tanto la impronta que deja el efecto de presionar con una matriz sobre un soporte que permita dejar la huella identificativa de esa matriz, tanto como la evolución posterior que ha tenido en forma de sello impreso. Por esta propia condición se puede entender que su relación con la Diplomática, que ya sabemos que se dedica al estudio de la validez documental de lo contenido en los distintos documentos, entre otras cosas, es sumamente estrecha. 

 

Heráldica 

Dedicada al estudio de los blasones, se trata de uno de los campos más prolíficos y a la vez espacio de interacción habitual entre los especialistas y el público aficionado. A lo largo de la Edad Media se desarrolló todo un conjunto de lenguajes asociados a la plasmación en los distintos blasones de las distinciones que correspondían a las familias nobles del período. Su estudio, por tanto, parte de principios basados en el estudio de la seño logía y de medios de comunicación, toda vez que la composición heráldica de estos blasones formaba parte de unos códigos de comunicación muy bien establecidos y conocidos por las partes intervinientes en la época. Aunque en la actualidad su desarrollo ha perdido buena parte del rigor basado en los códigos compartidos, no deja de resultar una disciplina qué aporta importantes informaciones en el campo de los universos simbólicos y de la comunicación política tanto del pasado como del presente. 

 

Genealogía 

Se entiende dentro del campo de actuación de la Genealogía todo estudio relacionado con la identificación y seguimiento tanto de los ascendientes como de los descendientes de una persona en particular, o una familia en general. Habitualmente recogidas en documentos homónimos, los genealogistas dedican su trabajo a la depuración de esas relaciones familiares intergeneracionales y su plasmación gráfica.  

Su estudio tiene una profunda tradición práctica, toda vez que la tradición genealógica está en la base de buena parte de los estudios de familia que a lo largo de toda la Edad Media y Moderna se fueron desarrollando por parte de las familias interesadas en resaltar sus linajes o conectarlos de manera más o menos real con entes o personajes renombrados que otorgarán lustre a la familia. En épocas más recientes la Genealogía ha permitido aportar datos muy importantes a especialidades de la historia como la historia de la familia, que ha encontrado en esta plasmación gráfica del desarrollo natural de las familias en sus variables fundamentales de matrimonio y nacimiento una fuente de información de extraordinario interés.  

Incluso se trata de una disciplina con posibilidades prácticas muy elevadas. Por ejemplo, tengamos en cuenta que una parte significativa de las reclamaciones de ciudadanía española por parte de personas nacidas en Latinoamericana pasa por la correcta acreditación, realizada mediante herramientas genealógicas, de su vinculación familiar con antepasados españoles. Es solo una posibilidad de las múltiples que esta ciencia auxiliar tiene a la hora del análisis social e histórico, pero también sin olvidar, como ya hemos resaltado para muchas de las especialidades anterriomente referidas, con una entidad propia que hace que tenga sus propias herramientas, materiales de trabajo, objetivos e incluso sociedades científicas que agrupan a las personas dedicadas a su desarrollo disciplinar. 

 

Cronología 

Se trata de la especialidad que se encarga de estudiar el orden de los acontecimientos históricos, y la distinta formulación que la medición del tiempo ha tenido a lo largo de la historia. Aunque en esta ocasión no es muy habitual encontrarnos con personas dedicadas en exclusiva al estudio de la Cronología, lo cierto es que no deja de ser una ciencia auxiliar en tanto en cuanto tiene unos objetivos muy concretos de trabajo, que pasan por la determinación de las variables fundamentales en la ordenación del tiempo de las distintas sociedades del pasado. Debemos tener en cuenta que cada cultura ha ido desarrollando distintos modos de medir y nombrar el tiempo, y de ubicar los acontecimientos del pasado en un contexto espacio-temporal determinada. En la actualidad conviven múltiples maneras de medir el tiempo. Sin ir más lejos en la cuenca mediterránea debemos atender a la existencia de la medición del tiempo cristiana y a la musulmana, con distintos años de origen y con diferente modo de articular sus calendarios. 

 

Iconología 

Se trata de una disciplina de extraordinaria utilidad para el campo de la Historia del Arte, ya que estudia, a partir de la simbología de los distintos elementos que aparecen en la imagen, la representación de todas aquellas posibles interpretaciones de raíz moral o natural en función de su vinculación con la figura o apariencia de las personas. No debe confundirse con la Iconografía, también muy interesante pero que se limita al estudio de la descripción de las imágenes y su relación con un mensaje concreto, la Iconología la estudia de modo más amplio, tratando de encontrar generalizaciones y explicaciones de tipo más general. 

 

La aportación de otras disciplinas académicas: Filología, Antropología, Sociología 

Como se señala en la introducción de este apartado, además de estas ciencias auxiliares que podemos considerar de manera más o menos directa como dependientes del trabajo del historiador, en las últimas décadas la aparición de renovadoras aproximaciones desde el punto de vista historiográfico ha ampliado las relaciones de la Historia con otras disciplinas tradicionales del mundo humanístico y de las Ciencias Sociales. En este sentido, por ejemplo, con la Filología se han continuado estrechando los lazos, relacionados muy especialmente con el estudio del lenguaje. Algunas aproximaciones enmarcadas en las propuestas posmodernas de renovación de la historiografía, como el Giro lingüístico, toman a la lengua y sus expresiones precisamente como elemento vehicular de la explicación histórica.  

Por su parte, la Antropología ha aportado herramientas muy útiles a la hora de permitir el acercamiento a la comprensión de sociedades del pasado, especialmente a todas aquellas previas al desarrollo de la modernidad, que opera una serie de cambios trascendentales a partir del siglo XVIII con el desarrollo de la Ilustración. De este modo, los antropólogos, a partir de una depurada manera de acercarse a otras sociedades, han ido elaborando todo un corpus teórico-práctico que ha permitido a historiadores de las sociedades anteriores a ese siglo XVIII tener un bagaje conceptual y metodológico más amplio a la hora de empatizar y comprender formas de pensar, actuar, relacionarse, incluso desarrollar las actividades económicas distintas a las propias del mundo resultante de la revolución capitalista, liberal e industrial que se va dando a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. 

Y lo mismo podemos decir de las aportaciones recibidas desde el campo de la Sociología, que a lo largo de todo el siglo XX ha ido desarrollando todo un corpus teórico que ha permitido entender mejor el funcionamiento de las sociedades complejas, y de algún modo se ha podido utilizar parte de su equipaje teórico para el estudio de las sociedades del pasado. 


Autor: Roberto J. González Zalacain

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