A pesar de todos los problemas indicados en el apartado anterior en relación a las dificultades epistemológicas, metodológicas y teóricas de la disciplina histórica, debemos partir de la premisa de que la Historia, tal y como ocurre con cualquier ciencia social, aspira a algo más que a describir los fenómenos observados, y trata de formular generalizaciones aplicables al mayor número de observaciones posibles. Para ello es fundamental adoptar una metodología, ya sea deductiva, inductiva o una combinación de las dos posibilidades, que implicará en su caso la aplicación del análisis cuantitativo y cualitativo de los datos para la inferencia de los datos observados.
En el marco de la Filosofía de la Ciencia las dos posibilidades de método científico han ido desarrollándose en una relación dialéctica entre ambas. El método inductivo se basa en el presupuesto de que es posible formular hipótesis y axiomas basados en observaciones empíricas de un número determinado de datos con el objetivo de extraer una hipótesis explicativa. Por su parte, y en contraposición al anterior planteamiento, el método hipotético-deductivo requiere la existencia previa de una hipótesis elaborada a partir de una reflexión teórica, y a la cual la observación de los datos debe someterla a falsación. Es decir, debe demostrar que en ese caso es válida, y en el supuesto de que no lo sea, debe obligar a una reformulación de la hipótesis.
Aunque sea relativamente habitual en la tradición historiográfica de corte positivista despreciar, con cierta condescendencia, la explicitación de propuestas teóricas, lo cierto es que en todas las aproximaciones historiográficas basadas en el análisis de los datos, obtenidos a partir de la observación y el análisis de la documentación y los otros elementos materiales, subyace una propuesta teórica determinada y una aproximación, generalmente inductiva, a los acontecimientos estudiados.
Una vez determinada la naturaleza del método científico que pretende aplicar el historiador debe desarrollar una metodología de investigación que incluya una formulación explícita de cómo se va a llevar a cabo la selección de datos observados y su análisis. De este modo, debe optarse por metodologías de análisis cualitativo o cuantitativo.
Metodologías de análisis cualitativo
Este tipo de metodologías proponen la obtención de resultados de investigación a partir de una selección significativa de datos, elegidos bajo un patrón de representatividad determinado, y su posterior análisis. En el plano de las ciencias sociales ha sido muy desarrollada tanto por la Sociología como por la Antropología, que han desplegado todo un cuerpo teórico-metodológico en relación a la realización de entrevistas personales a los sujetos objeto de análisis, con el objetivo de obtención de información cualitativamente significativa, que de otro modo sería imposible de obtener.
El principal problema para la investigación histórica es que, en nuestro caso, las metodologías cualitativas deben aplicarse sobre fuentes históricas que no fueron creadas con ese fin, lo que condiciona indudablemente su propia composición e información contenida y dificulta sobremanera la obtención de resultados, especialmente si lo comparamos con las metodologías cualitativas de otras ciencias sociales que acabamos de referir.
Metodologías de análisis cuantitativo
Las metodologías cuantitativas de investigación, por su parte, proponen la obtención de resultados significativos de investigación a partir de la obtención masiva de datos y su tratamiento y análisis a partir de principios matemáticos y estadístico. Su introducción en el campo de la investigación histórica está íntimamente ligada al desarrollo de la Historia Económica y de la Demografía Histórica, de las que se buscaban explicaciones más allá de la anécdota y del dato aislado. A partir de su incoporación al bagaje metodológico de la disciplina histórica, y favorecida por el extraordinario desarrollo de los sistemas de computación, con su aplicación específica al campo de las humanidades, han favorecido su generalización en muchas de las investigaciones históricas.
Ahora bien, como se describirá con más detalle a la hora de hablar de las escuelas históricas, parece evidente que la disciplina histórica ha renunciado a tratar de encontrar explicaciones generales exclusivamente a partir de la utilización de datos cuantitativos. Tras la aparición y posterior declive de la escuela Cliométrica norteamericana, que basaba toda explicación histórica en el análisis masivo de datos, lo cierto es que las propuestas más recientes abogan por una combinación de métodos cuantitativos y cualitativos que permitan la obtención de resultados de investigación diferentes pero complementarios, ya que cada una de estas aproximaciones cubre espectros de información a los que la otra no llegaría nunca.