Textos complementarios
Recopilación de textos originales referidos a cada uno de los bloques.
1. Bloque I. El pasado humano como objeto de conocimiento. Las técnicas y las fuentes del trabajo del historiador
EL CALENDARIO
El calendario en sentido técnico es un conjunto de normas para determinar del modo más preciso posible la medida del tiempo. Siempre ha estado basado en la precisión del intervalo de tiempo que separa dos acontecimientos, entre los cuales se obtienen los límites de las unidades de medida. Ordinariamente la unidad de medida es el intervalo entre dos salidas del sol; y por ello el calendario adopta la forma de un cuadro en el que constan los días del año. La etimología de la palabra calendario (de kalendas) hace también referencia al día como unidad de medida del tiempo. Menologio y hemerologio hacen referencia a las unidades mes y día, respectivamente.
Considerado como un cuadro de los días del año equivale el calendario al almanaque (de al-manah, en hebreo contar). En los almanaques constan los días, semanas, meses, estaciones, datos astronómicos sobre ortos y ocasos de la luna y el sol, datos sobre climatología, fenómenos meteorológicos, etc. A la Cronología interesa más el sistema seguido en la distribución de las unidades de medida que la información astronómica, meteorológica o histórica que suele acompañar a esos cuadros de días del año (efemérides).
Los más antiguos calendarios son lunares; sus unidades de medida son los meses lunares, cuyas dificultades de compaginación con la unidad año tratan de superar los calendarios solares, basados en diferente criterio de selección de unidad de medida del tiempo, el ciclo solar. Otros calendarios, lunisolares, buscan la adecuación de ambos ciclos, lunar y solar, mediante los embolismos.
La agrupación de los días en unidades más o menos
artificiales hace que haya calendarios que utilicen semanas, decenas, centenas
de días como unidades intermedidas. También las divisiones del día, horas
diurnas y vigilias nocturnas, son agrupadas según diferentes criterios, ya que
la hora no representó una medida fija del tiempo, sino una parte o fase del
día. Las unidades de medida, sean múltiplos o divisores del día, pueden ir
agrupadas en conjuntos de base 7, 10 o 12, por citar las más frecuentes. De
entre los numerosos calendarios utilizados por la humanidad a lo largo de la
Historia seleccionamos los que ofrecen algún interés más directo para
información histórica de los elementos cronológicos examinados en páginas
precedentes. Son los calendarios hebreo, romano, cristiano, musulmán y
republicano francés.
GARCÍA LARRAGUETA, S.A.: La datación histórica. Pamplona, 1998, pp. 285-286.