3. Bloque III. Grandes rasgos del desarrollo de la cultura desde la antigüedad a época contemporánea.

JACQUES HEERS, La invención de la Edad Media, Barcelona, 2000, p. 31

Hablamos de la caída, o de la decadencia de Roma. Incluso suponiendo cierto consenso en lo referente al sentido de las palabras, como debemos situar el fenómeno, y donde buscar sus raíces? .Acaso, en el exterior, por la llegada y el establecimiento de los barbaros, que constituyen acontecimientos con ritmos distintos y con fases discordantes según las regiones? Fueron infiltraciones o fueron invasiones? Acaso, en el interior, por la corrupción de las costumbres políticas y domesticas? .Por la degradación del sentido cívico, el hastío y la falta de entusiasmo? Debemos también evocar la difusión del cristianismo, los problemas demográficos, algunas circunstancias particulares o catástrofes naturales? O bien, tal como se admitió durante mucho tiempo, ceñirse al hecho político puramente circunstancial; a la abdicación del último emperador de Occidente? Esta última parece hoy una posición demasiado simplista y ajena a los nuevos enfoques. En todo caso, según la elección que tomemos, adelantamos la fecha hasta el siglo I o II de nuestra era, o bien prolongamos los tiempos “antiguos” hasta los siglos V o VI.

Los historiadores, verdaderos conocedores de esos tiempos que se consideran de transición, si no de ruptura, tienen problemas a la hora de fijar esa bisagra incluso de una forma amplia y, afortunadamente, han renunciado a ello. Algunos afirman con razón que en muchas regiones de Occidente la contracción demográfica y topográfica de las ciudades romanas había precedido con mucho tiempo la llegada de los barbaros y, por lo tanto, debería analizarse por sí misma. Otros observan, también con razón, que los reyes de los tiempos “barbaros” no renegaban de todo lo que procedía del pasado romano y que muchas de sus ciudades se inscribían todavía de una forma directa, por sus paisajes, sus monumentos y sus tejidos urbanos, dentro de una tradición antigua, sin solución de continuidad.